miércoles, 5 de enero de 2011

Arquitectura religiosa de Inma Pérez

Iglesia del Carmen




Enclavada en un altozano sobre el típico barrio de La Barrera, fue templo conventual de la Orden de Carmelitas Descalzos, quienes fundaron en 1599 gracias a la protección de doña Juana Folch de Cardona, esposa del marqués de Comares. Por este motivo los blasones de ambas Casas campean en la fachada, en la cúpula y en el retablo mayor.

La iglesia fue construida hacia 1630 siguiendo las pautas artísticas carmelitanas en boga, dentro de un severo estilo barroco purista. Su planta es de cruz latina con capillas laterales comunicadas entre sí.

Del mismo estilo es el retablo mayor, en cuya arquitectura, se incluye una importante colección de pinturas, atribuidas a Sebastián Martínez Domedel, autor también de la mayor parte del conjunto pictórico que decora las paredes del templo. Los pequeños lienzos que ornamentan el pedestal del retablo son obra probable de Cristóbal Vela Cobo. En las dependencias de la parroquia puede admirarse una buena colección de cuadros de Leonardo Antonio de Castro.

En el aspecto escultórico caben destacarse las imágenes de San Elías, de José de Medina; la Virgen Madre y la transverberación de Santa Teresa, de la escuela de José de Mora; un San Juan evangelista y Nuestra Señora de los Dolores, de clara escuela de Pedro de Mena.






Iglesia Santo Domingo



Antiguo templo conventual de frailes Mínimos o Victorios, advocado a San Francisco de Paula, construido sobre una ermita dedicada a este santo por voto de la ciudad durante la epidemia de peste de 1680. Edificada hacia 1730 sobre trazas de fray Juan Rodríguez de Ocampo, su planta es de cruz latina con capillas laterales, decorando el altar mayor un magnífico retablo barroco, obra de Francisco José Guerrero, autor asimismo, de la talla de las yeserías que decoran la cúpula y las pechinas.
Otras obras artísticas destacables de este templo son: la impresionante imagen del Cristo de la Sangre, obra de taller indígena de la Nueva España -Méjico-, que está elaborado con médula de maíz y madera de acacia; la talla de San José, del taller granadino de José de Mora; y la de San Marcos, que procede de la desaparecida ermita de su nombre, atribuida a José de Medina.
Esta iglesia posee una elegante espadaña angular, muy semejante y de la misma época que la de la Parroquia de Santiago.






Iglesia de San Martín



Es el templo conventual de una comunidad de religiosas Agustinas Recoletas, cuya fundación se remonta a 1639. Las obras de este extraordinario edificio se iniciaron en 1669 sobre las trazas del arquitecto local Juan Trujillo Moreno, siendo culminadas en 1726 tras recibir un último impulso director por parte del también lucentino Francisco Hurtado Izquierdo, a quien se deben las impresionantes portadas. La originalidad de esta iglesia reside en su planta elíptica, una de las escasas de Andalucía que muestran esta disposición y que dan fe del avanzado barroco que se realizaba en Lucena en la segunda mitad del siglo XVII. De forma acorde con la planta se cubre con una cúpula, imponente
tanto interior como exteriormente.
El altar mayor, que se sitúa en uno de los extremos del eje mayor de la elipse, ocupando el opuesto la puerta principal, se decora con un bello retablo, elaborado en 1730 por Martín de los Reyes, según diseño de Francisco José Guerrero, notablemente influenciado estilísticamente por Hurtado. Del mismo autor y estilo son los retablos menores que ocupan los nichales distribuidos en torno a la elipse de la planta.

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